► Pensamiento Nº 6 (1998)
Siendo ya media noche, creo haber estado antes aquí, un día como hoy, con el alma entre las manos, escribiendo sentimientos, sentimientos que piden a gritos una vía de escape; un camino de muerte; un renglón…palabras vacías…
¿Acaso alguien conoció la profundidad de la tristeza? ¿Pudo algún poeta, algún desdichado, ver hasta el fondo de la nada y regresar luego, sumergido en muerte interior? ¿Seré capaz de tocar con mis manos de arcilla el fondo oscuro de la melancolía? Caer y caer sonriendo de dulce locura hasta el final de lo eterno; rasgar con aullidos sordos la débil guarida de mis sueños dormidos; volar vencido hasta tus brazos de humo… Caer y caer; suena bien; suena a sangre y olvido; me recuerda las cosas que nunca comprendí; augura lo que no vive, lo que no muere; resuena en mi cabeza como campanas de entierro. Soñar; soñar que los sueños no mueren, creer que no creemos en nada... Acaso supiera descifrar los mensajes de mi alma; acaso pudiese reírme de la tristeza a carcajadas; patalear de felicidad frente al olvido; burlar la muerte con aplausos de difunto, pero ya ves; soy un pasajero más con destino a lo insondable, consciente de la fragilidad de todo lo que creo poderoso, llorando el destello perdido de tus ojos; sonrisas armadas; besos de dulce compromiso… Si conociéramos la verdad de una mentira; si miráramos al cielo y supiésemos que en verdad alguien, desde allí observa; si destruir no fuera tan fácil…
El silencio puede muchas veces ser amigo; por cierto, es notable la quietud de la tristeza; es como si el mundo no fuese el mundo; todo deja de ser por un instante…
Si tan sólo viese renacer el brillo en tus ojos, tal vez la vida tendría algún sentido, sólo tal vez…
¿Acaso alguien conoció la profundidad de la tristeza? ¿Pudo algún poeta, algún desdichado, ver hasta el fondo de la nada y regresar luego, sumergido en muerte interior? ¿Seré capaz de tocar con mis manos de arcilla el fondo oscuro de la melancolía? Caer y caer sonriendo de dulce locura hasta el final de lo eterno; rasgar con aullidos sordos la débil guarida de mis sueños dormidos; volar vencido hasta tus brazos de humo… Caer y caer; suena bien; suena a sangre y olvido; me recuerda las cosas que nunca comprendí; augura lo que no vive, lo que no muere; resuena en mi cabeza como campanas de entierro. Soñar; soñar que los sueños no mueren, creer que no creemos en nada... Acaso supiera descifrar los mensajes de mi alma; acaso pudiese reírme de la tristeza a carcajadas; patalear de felicidad frente al olvido; burlar la muerte con aplausos de difunto, pero ya ves; soy un pasajero más con destino a lo insondable, consciente de la fragilidad de todo lo que creo poderoso, llorando el destello perdido de tus ojos; sonrisas armadas; besos de dulce compromiso… Si conociéramos la verdad de una mentira; si miráramos al cielo y supiésemos que en verdad alguien, desde allí observa; si destruir no fuera tan fácil…
El silencio puede muchas veces ser amigo; por cierto, es notable la quietud de la tristeza; es como si el mundo no fuese el mundo; todo deja de ser por un instante…
Si tan sólo viese renacer el brillo en tus ojos, tal vez la vida tendría algún sentido, sólo tal vez…
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